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Alebrijes, nueva artesanía mexicana: historia, legado y su reinterpretación contemporánea.

  • Foto del escritor: Porfirio Díaz
    Porfirio Díaz
  • 16 abr
  • 2 Min. de lectura

El origen onírico de los alebrijes


Los alebrijes nacen de un sueño. En 1936, el artesano Pedro Linares López, originario de la Ciudad de México, cayó gravemente enfermo. Durante su convalecencia, tuvo visiones de un bosque habitado por criaturas extrañas, mitad animal mitad fantástico, que repetían una palabra inventada: alebrijes. Al recuperarse, Pedro comenzó a recrear esas figuras en cartonería, dando origen a una nueva forma de arte popular.

La técnica fue adoptada y transformada en Oaxaca, donde los talladores de madera de copal (especialmente en San Martín Tilcajete y Arrazola) crearon su versión, llena de color, detalles y simbolismo. Así, los alebrijes evolucionaron de seres imaginarios en papel maché a esculturas de madera meticulosamente talladas y pintadas a mano.


Más que artesanía: identidad, legado y expresión

Los alebrijes no solo decoran: cuentan historias, representan sueños, temores, transformaciones personales y colectivas. En muchas comunidades, estas figuras están ligadas a creencias sobre los nahuales, guías espirituales que acompañan a cada persona desde su nacimiento.

Con el tiempo, los alebrijes se han convertido en un símbolo de la riqueza imaginativa de México, reconocidos internacionalmente y expuestos en galerías, museos y desfiles como La Noche de los Alebrijes en la CDMX.



Reinterpretar sin perder el alma: la propuesta de Colección Serpentina

En Colección Serpentina tomamos el alebrije como punto de partida para una reinterpretación contemporánea que respeta su esencia pero explora nuevos lenguajes visuales y técnicos.

Nuestros vasos escultóricos alebrije, como los de la imagen, están elaborados con una base de MDF torneado y recubiertos con cientos de tiras de papel multicolor aplicadas en espiral (técnica de quilling o enrollado manual), con un acabado en barniz satinado o resina brillante.

En lugar de replicar una figura animal, exploramos la idea del alebrije como energía viva, una concentración de fuerza creativa que estalla en color, volumen y forma. El resultado: una pieza con movimiento, asimetría y presencia escultórica, que recuerda a los alebrijes sin imitarlos.


De la tradición al diseño de autor


Esta reinterpretación también plantea una conversación entre artesanía y diseño. No buscamos reemplazar el trabajo de los artesanos oaxaqueños, sino homenajear el poder de lo imaginario y contribuir con una mirada propia desde el diseño industrial y el arte contemporáneo.

Cada pieza de Serpentina es un puente: entre el pasado y el presente, entre lo popular y lo conceptual, entre el color ancestral y la forma moderna. Un alebrije reinventado que invita a imaginar nuevas posibilidades para la artesanía mexicana.

 
 
 

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